El prestigioso diario The New York Times analizó en un extenso artículo la situación política y económica de Argentina a pocos días de las elecciones legislativas, poniendo el foco en el vínculo entre Javier Milei y Donald Trump, y en el contraste entre las promesas de prosperidad y la realidad que viven millones de argentinos.
Según el medio estadounidense, el presidente argentino regresó de su almuerzo con Trump en la Casa Blanca —donde intercambió elogios, regalos y promesas de inversiones por miles de millones de dólares— para encarar su prueba más difícil: las elecciones de medio término.
En Córdoba, Milei reapareció con su habitual estilo teatral: campera de cuero, megáfono en mano y un discurso que mezcló consignas libertarias con llamados al sacrificio. “Estamos en un momento bisagra de la historia argentina”, dijo ante una multitud que agitaba banderas y gorras rojas con la consigna “Make Argentina Great Again”.
Pero detrás del espectáculo político, The New York Times describe un país golpeado por la recesión, los despidos y el deterioro del poder adquisitivo. Comerciantes con locales vacíos, jubilados que ya no pueden comprar medicamentos y trabajadores suspendidos o sin empleo son el telón de fondo de un experimento económico que promete libertad, pero genera más incertidumbre.
En Río Tercero, obreros despedidos de una planta química —que en 2023 habían votado por Milei— hoy reconocen sentirse traicionados. “Lo votamos para que terminara con la casta, pero a la clase trabajadora la detonó”, dijo Diego Gómez, uno de los cesanteados.
El diario remarca que la inflación bajó del 160% al 30% anual, pero a costa de un fuerte ajuste que impactó en la clase media y en los sectores más vulnerables. Las tarifas de servicios, la educación y la salud se dispararon, mientras los salarios reales continúan en caída libre.
Pese a la crisis, Milei insiste en pedir paciencia. Promete que el “dolor presente” será la base de una futura prosperidad, ahora reforzada —según él— por el apoyo de Estados Unidos, que se comprometió con un swap de divisas de 20.000 millones de dólares y evalúa otro préstamo similar.
Sin embargo, The New York Times subraya una paradoja: mientras el presidente celebra los acuerdos con Washington, crecen las voces que lo acusan de entregar soberanía a cambio de respaldo financiero. En un acto en Córdoba, un manifestante sostenía una bandera con la leyenda “No a la colonia”, reflejo del malestar de quienes sienten que el país se está subordinando a los intereses de la Casa Blanca.
“Queremos ser un país capitalista y de derecha. Y si Estados Unidos quiere comprarnos, estupendo”, declaró una simpatizante de Milei al diario norteamericano, en una frase que sintetiza el clima de división y resignación que atraviesa a la sociedad argentina.
El texto firmado por los periodistas Emma Bubola y Daniel Politi concluye con una pregunta que también interpela hacia adentro: mientras Trump apuesta por Milei, ¿seguirán apostando por él los argentinos que hoy viven el costo de su programa económico?









