El presidente Javier Milei confirmó en Córdoba que mantiene “muy avanzadas” negociaciones con el Tesoro de Estados Unidos para obtener un préstamo que le permita afrontar los vencimientos de deuda de 2026. Sin embargo, sus declaraciones volvieron a encender críticas y cuestionamientos sobre la dependencia de su gestión respecto del financiamiento externo y la falta de un rumbo económico claro.
Durante una entrevista con La Voz del Interior, Milei explicó que el país deberá cubrir pagos de u$s4.000 millones en enero y u$s4.500 millones en julio, y que el Gobierno busca asegurar esos compromisos mediante un crédito. “Estamos trabajando muy fuertemente, muy avanzados… es cuestión de tiempo”, señaló, aunque sin brindar precisiones concretas ni plazos.
En paralelo, el ministro de Economía, Luis Caputo, intentó calmar a los acreedores. En declaraciones a un programa de streaming, rechazó de plano un eventual default y prometió garantizar los vencimientos de enero y junio. No obstante, sus afirmaciones se apoyaron en supuestos acuerdos aún no cerrados, lo que alimenta las dudas sobre la solidez del plan oficial.
A esto se suma el inminente encuentro entre Milei y Donald Trump, previsto para las semanas previas a las elecciones legislativas. El acercamiento, más político que económico, revela la estrategia del mandatario argentino de apoyarse en figuras internacionales para reforzar su imagen interna, en lugar de mostrar resultados concretos en la gestión.
Mientras tanto, la crisis local se profundiza. Milei volvió a responsabilizar a la oposición por las turbulencias financieras: “El partido del Estado nos está torpedeando desde febrero para que el plan no funcione”. Pero el mercado parece responder más a la falta de definiciones que a maniobras políticas: la incertidumbre cambiaria y la caída de la actividad golpean con fuerza a la economía real.
El discurso presidencial, cada vez más cargado de excusas y promesas de futuro, contrasta con la ausencia de mejoras tangibles en la vida cotidiana de los argentinos. Entre anuncios de créditos que aún no existen y acusaciones a sus adversarios, Milei busca sostener un relato optimista en medio de un país que sigue sumido en la recesión, la inflación y la incertidumbre.
