En nuestra ciudad, el sonido del acero al ser trabajado todavía tiene un sentido profundo. Allí, Marcelo Bolchini mantiene viva una tradición familiar que comenzó hace casi cinco décadas con su padre y que hoy continúa bajo el sello Original Dogo, una marca argentina reconocida por la calidad de sus cuchillos artesanales.
—¿Cómo nació Dogo Cuchillos?
—Mi padre fue quien empezó todo en 1978. Desde entonces, el oficio se fue transmitiendo de generación en generación. Cada cuchillo Dogo es más que una herramienta: es una pieza hecha con pasión, con la precisión del artesano y el respeto por la tradición.
—¿Qué distingue a un cuchillo Dogo de otros?
—Usamos acero al carbono de primera calidad, trabajamos a mano cada filo y cuidamos cada detalle: desde el encabado hasta el pulido. Buscamos combinar tradición y excelencia, logrando un producto que trasciende el tiempo. Nuestros cuchillos tienen nitidez que dura, mango ergonómico y garantía de por vida.
—Tu trabajo también tiene un componente emocional.
—Sí, sin duda. Cada cuchillo lleva parte del legado de mi padre. Siempre digo que un Dogo no es solo un cuchillo, sino un compañero fiel. Por eso, cada modelo nuevo es un homenaje a esa historia.
—¿Qué servicios ofrecen desde el taller?
—Hacemos de todo: afilados, pulidos, restauraciones, encabados y regalos empresariales personalizados. Muchos clientes traen cuchillos familiares o antiguos para que los restauremos; nos gusta devolverles vida.
—¿Dónde se puede encontrar Dogo?
—Estamos en calle Estrada 480, Concordia, y también pueden contactarnos al +54 9 11 6996-1979. Además, nos encuentran en redes sociales, donde compartimos cada nuevo modelo y parte de nuestra historia.
“Dogo Original Argentina es una empresa familiar que se mantiene fiel a sus raíces. Con 47 años de tradición, seguimos haciendo cuchillos a mano, uno por uno, con el mismo compromiso de siempre”, resume Marcelo Bolchini, con la humildad del artesano y la convicción de quien afila cada hoja como si fuera la primera.









